- Educación...un descanso de maestros
En los casos antes mencionados, no podemos decir que hubo ausencia de estado, porque el estado está, sólo que no actuó. En esta oportunidad, puede remediar, en parte, el daño causado; respondiendo con la educación que no dio en su momento y, para ello, se tendría que ocupar intensamente de la enseñanza en prisión, por lo menos primaria. En cuanto a esto, reconocemos que recientemente fue refaccionada la escuelita de la unidad y en la actualidad cuenta con muy buenas instalaciones pero, es lamentable que este espacio no sea aprovechado capacitando a más de un centenar de jóvenes que se inscriben al comenzar el año escolar y, en el transcurso del mismo terminan desertando la mayoría de ellos, como ejemplo: en el año que pasó se inscribieron 126 y terminaron 12 alumnos. Esto es debido al poco desarrollo humano y educativo de maestros dispuestos por el Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe.
Desde hace décadas, venimos con el mismo problema de inactividad de estos señores educadores, cuando no es por “H” es por “B” pero generalmente terminan rotando dentro del engranaje del menor esfuerzo, imperante en esta unidad, como ejemplo: Según lo estipulado en un horario que es una burla determinado para que los compañeros estudien los docentes tendrían que dictar 2:20 hs de clases por día. Para esto tendrían que venir a la unidad a las 15:45 hs y comenzar las clases a las 16:00 hs, para terminar 18:20 hs. Lejos de eso llegan a las 16:10 hs y comienzan a las 16:20 hs, poniendo fin a su trabajo a las 17:35 hs. De esta forman termina reduciendo aún más el escaso horario escolar en sólo 1:05 hs, por día…quién se pude educar de esa forma?
Aunque parezca utópico en estos espacios educativos se tendrían que potenciar al máximo sus horarios educativos y mejorar la enseñanza. La escuela tendría que funcionar mañana, tarde y si fuera posible noche, como también contrarrestar las vacaciones de cuatro meses, puesto que los detenidos están todo el año detenidos, y este tiempo de encarcelamiento tendría que ser aprovechado al máximo.
La falta de compromiso y control de la “autoridades” atenta contra aquellos que, aún sin incentivos, buscan mejorar y capacitarse. Es necesario modificar el comportamiento de quienes, se supone, son nuestros educadores. No es posible que los pocos alumnos que terminan séptimo grado no sepan hacer una audiencia y estos, llamados maestros, sólo vengan a justificar su asistencia para poder, a fin de mes, cobrar su sueldo.
Urge que las “autoridades” del área de seguridad y de educación tomen cartas en el asunto y adopten medidas directas, principalmente con los directivos de la escuela primaria, como también que se prolonguen los horarios de estudio, si es que, realmente se pretende devolver seres humanos capacitados a la comunidad, comunidad que no los formó en su niñez, que los marginó, que no les dio trabajo digno a sus padres y ahora les exige ser ciudadanos brillantes sin resentimientos y dispuestos a servir y respetar a la sociedad, un imposible por la situación socio económica imperante en la ultimas décadas.