Hace muchos años que observamos al frente de esta Unidad Penitenciaria, la más grande de Santa Fe, como también de los restantes centros de detención, a personas con clara inclinación a la represión. Estas personas no aceptan modificaciones, actualización, ni siquiera buscan su propia capacitación. Esto, sumado a los directores y oficiales que no escuchan a los detenidos, multiplica las condiciones infrahumana de las cárceles .
Al asumirla intervención de la cárcel corondina, la gravedad de la crisis alcanzó su pico máximo en llevar una política de encierro. Las autoridades provinciales tienen conocimiento pero no reaccionan a tiempo, favoreciendo así a la acción que no aceptan cambios y modificaciones en el sistema.
Tarea difícil, dado que no falta personal dispuesto a boicotear todo esfuerzo por mejorar la calidad de vida del lugar, así como los avances en cuestiones de derechos humanos, trabajo educación, limites en los abusos de poder y corrupción de las anteriores autoridades.
Sólo un civil con respaldo político conocedor del paño y bolas bien puestas puede intentar el saneamiento, la diversidad de criterio y la materialización de las múltiples ideas generadas por personal e internos que desean progresar, para futuro beneficio de toda la sociedad.
Con los cambios producidos en la intervención, se demuestra que al frente de cada unidad penitenciaria debe trabajar persona civil, acompañados de oficiales subordinados a ellos.
Falta mucho para alcanzar el ideal requerido para que un centro de detención cumpla su verdadera función, pero se vislumbra poco a poco el crecimiento del nivel de vida, posibilidades de los detenidos y lo más importante: el sometimiento de las fuerzas de seguridad al poder político y a las leyes que regulan la actividad, que disponen que se extremen los esfuerzos readaptar a quien trasgreden las leyes, no para castigarlos, y menos para matarlos -directa o indirecta mente-, como se estilaba.
Diálogo, ideas y creación de proyectos, son logros reconocibles conseguidos en pocos meses, bien decimos que la corrupción no terminó, existe todavía personal dispuesto a poner traba, por acción u omisión de su deberes, sutileza que observamos diario.
El saneamiento debe alcanzar a todos los escalafones. La diversidad de ideas como aliciente y solución, no como motivo de pelea. Y la materialización de esas ideas, no interesa de donde provengan mientras sean positivas y a corto plazo.
Al fin y al cabo, más de veinte años de gobierno no civil muestra bien claro el resultado, las palabras sobran acerca del estado del Servicio Penitenciario provincial y sus cuadros, inclusive los inferiores…
Al asumirla intervención de la cárcel corondina, la gravedad de la crisis alcanzó su pico máximo en llevar una política de encierro. Las autoridades provinciales tienen conocimiento pero no reaccionan a tiempo, favoreciendo así a la acción que no aceptan cambios y modificaciones en el sistema.
Tarea difícil, dado que no falta personal dispuesto a boicotear todo esfuerzo por mejorar la calidad de vida del lugar, así como los avances en cuestiones de derechos humanos, trabajo educación, limites en los abusos de poder y corrupción de las anteriores autoridades.
Sólo un civil con respaldo político conocedor del paño y bolas bien puestas puede intentar el saneamiento, la diversidad de criterio y la materialización de las múltiples ideas generadas por personal e internos que desean progresar, para futuro beneficio de toda la sociedad.
Con los cambios producidos en la intervención, se demuestra que al frente de cada unidad penitenciaria debe trabajar persona civil, acompañados de oficiales subordinados a ellos.
Falta mucho para alcanzar el ideal requerido para que un centro de detención cumpla su verdadera función, pero se vislumbra poco a poco el crecimiento del nivel de vida, posibilidades de los detenidos y lo más importante: el sometimiento de las fuerzas de seguridad al poder político y a las leyes que regulan la actividad, que disponen que se extremen los esfuerzos readaptar a quien trasgreden las leyes, no para castigarlos, y menos para matarlos -directa o indirecta mente-, como se estilaba.
Diálogo, ideas y creación de proyectos, son logros reconocibles conseguidos en pocos meses, bien decimos que la corrupción no terminó, existe todavía personal dispuesto a poner traba, por acción u omisión de su deberes, sutileza que observamos diario.
El saneamiento debe alcanzar a todos los escalafones. La diversidad de ideas como aliciente y solución, no como motivo de pelea. Y la materialización de esas ideas, no interesa de donde provengan mientras sean positivas y a corto plazo.
Al fin y al cabo, más de veinte años de gobierno no civil muestra bien claro el resultado, las palabras sobran acerca del estado del Servicio Penitenciario provincial y sus cuadros, inclusive los inferiores…