martes, 22 de enero de 2008

Pregunta a la persona más honesta de toda la sociedad

Hola me llamo Sergio Daniel, tengo 33 años y soy uno más de los muchachos que trata de expresarse y trasmitir a través de las letras sentimientos muy profundos que no sólo me afectan a mi que fui el que se equivocó, afectan a mis familiares y creo que ellos no se lo merecen porque no hicieron nada. Trato simplemente de llegar a ustedes para mostrar que me encarcelaron por ser pobre y hoy sigo en las mismas circunstancias por lo mismo.
Me encuentro cumpliendo una condena por un delito contra la propiedad privada, llevo ocho años y seis meses, reconozco que me equivoqué pero también quisiera hacerle una pregunta a la persona más honesta de toda la sociedad:
¿Qué haría usted señor o señora si no tiene un trabajo y se cansó de mendingar sin conseguir un triste pedazo de pan para darle de comer a sus hijos?
Es verdad que acá te preparan para regresar, es decir, no sólo tratan de mantenerte tras las rejas a cualquier precio y el mayor tiempo posible sino que te condicionan para regresar, esto es un gran negocio donde la materia prima somos los pobres, demás están las palabras si miramos los elevados índices de reincidencia, y de esa forma ellos sacan ventaja llenándose los bolsillos y conduciendo 4 x 4 y nadie hecha una mirada a esta Ciudad Interna donde sufrimos a diario violaciones en contra de los derechos humanos que no sólo nos afecta a nosotros sino también afecta al núcleo familiar.

Uno de los factores que sólo crea resentimiento y rencor es el Juzgado de Ejecución Penal el cual dispuso una modalidad de salidas transitorias que han sido la causa de las fugas registradas en los últimos tiempos siendo el único juez del país que mantiene este criterio.
La Ley dice que después de cumplida la mitad de la pena y reuniendo todos los requisitos que esta exige los primeros permisos serán hasta 12 horas y es de ahí de donde se agarra para sólo otorgar salidas de cinco horas y sólo la aplica a las personas que cometieron un delito contra la propiedad. No puede de esta forma prepar a una persona para desenvolverse en el medio libre menos para tratar de conseguir un trabajo. Sin tratar de hacer discriminación pero si dando una panorama mejor, en casos de violación el criterio no es el mismo, salen con 72 horas bajo palabra de honor.
Como si esto fuera poco la comisión de traslado agrava aun más estos hechos. En caso de que los detenidos vivan en barrios periféricos -villas míserias- directamente no los llevan, o si lo hacen los pasan por enfrente de sus hogares y no los bajan de los móviles y en caso de que lo hagan no respetan ni las cinco horas y mantienen esposados a los detenidos y todas esta maniobras delante de sus familiares quienes se ven muy afectados psicológicamente.
Son muchos los compañeros que saben de esta y otras situaciones y no se animan a hablar porque el Servicio Penitenciario no les facilita los denominados beneficios que no son tales sino son deshechos que les corresponden.

Yo desde este espacio también quisiera llamar a la reflección a los compañeros e invitarlos a que se animen a hablar a que luchen por lo que se ganaron bien, por sus derechos, derechos que les corresponden y que no son beneficios.
Los pibes más chicos muchas veces se ven obligados para poder obtener algún derecho a tomar medidas de fuerzas, como paros y huelgas.
Alguna de las situación explicadas en esta nota solo crean rencor y no tendría que ser así, si nos equivocamos, acá nos tendrían que preparar para que no lo volvamos hacer, ya es demasiado con el grave problema económico que es uno de los principales motivos por los que nos encontramos detenidos y con el hecho de que nos discriminen por vivir en una villa miseria están criminalizando doblemente la pobreza.
Cuando recupere mi libertad definitivamente no pretendo mucho, tampoco quisiera que me den algo de esos $ 2.700 que les salimos por mes a los contribuyentes. Lo que quisiera seria que me den un trabajo que me permita ganar aunque sea $ 500 para poder mantener a mi familia y créame señor lector que no volvería nunca más a la cárcel.