sábado, 21 de marzo de 2009

Pabellón 8: EL GRAN BUZÓN


En la ciudad de Coronda se encuentra el Instituto Correccional Modelo Unidad Nº 1, en su interior, los chicos reunidos en Ciudad Interna intentamos contar un poco la realidad que vemos, aquello que sucede dentro de la misma, lo mismo que pueden observar quienes la dirigen pero que nadie va a decir. En ella, existe un sector de calabozos de castigos, en cual se alojan varios detenidos llevados allí por distintos motivos: algunos por no respetar alguna reglamentación, otros por no compartir las normas que tienen los evangelistas, y otros porque los sacan de los pabellones las mismas autoridades sin justificación, esto lleva a que los “buzones” estén llenos de chicos hasta hace unos días. Actualmente no es así porque las autoridades tomaron cartas en el asunto, con las mismas decisiones que ya habían asumido tiempo atrás, donde tras confrontar a internos dentro del pabellón 6, con los provenientes del pabellón 8, dejando como secuela de varios lesionados, se planteó la inquietud en mesa de diálogo con el compromiso de no repetir estas prácticas las cuales son evidentes que genera conflictos que pueden y deben ser evitados. Nuevamente notamos que el pabellón 8 fue refaccionado para ser utilizado la planta alta como lugar de castigo, ante el desborde de los “buzones”, y la planta baja como lugar de ingreso, repitiendo los mismos errores previsibles de hace un tiempo atrás, enfrentando a quienes habitaban el pabellón 8 con los ingresados desde las celdas de castigo, provocando como consecuencia infalible los mismos conflictos que ya habían ocurrido, pero con secuelas más graves, ya que en esta oportunidad un interno debió ser trasladado al hospital Cullen en grave estado, sumado a otros que sufrieron lesiones. Desconocemos los objetivos de tales decisiones tomadas por los funcionarios del establecimiento, si no son con el propósito de que se originen estas situaciones para encubrir otras, al menos hay incapacidad y negligencia de quien es el encargado de realizar los traslado de un pabellón a otro, sin apreciar que de tales decisiones hay vidas que corren peligro. De ser verdad alguna de las premisas postuladas creemos que estas personas no tendrían que continuar con sus funciones en esta Institución, ya que, de forma contraria a los principios de resocializar al interno, son generadores de violencia dentro del mismo.