viernes, 18 de abril de 2008

EL PRESO

Mi nombres es, uno más de los muchos que ocupan una larga lista en distintos archivos y expedientes judiciales; pero eso no viene al caso, lo que si interesa es entender que aislados en la sociedad se encuentran, padres, hermanos e hijos que lloran o se ríen, que tienen compañía o están el la más absoluta soledad, pero todos con un mismo sentir…volver a ser libres y volver a volar.
Esto no justifica para nada que mi caso no merezca este encierro, pero a veces la justicia utiliza métodos creyendo que en ellos está la solución. Es cierto que la violencia con más violencia no se cura.
La mayoría de los casos son parecidos, la falta de padres, el consumos de sustancias prohibidas y una vida desordenada son el complemento ideal para una inminente reincidencia en institutos de detención.

Puedo asegurar que hasta el más fuerte tiene sus momentos de debilidad y uno a eso lo nota cuando pasa a ser un simple observador de la vida que antes nos rodeaba; también es cierto que de las cosa malas siempre se aprende lo bueno, ya que lo malo se descarta y los bueno y lo lindo se guarda en lugar secreto y profundo que es el corazón.
En fin en todos estos años aprendí que es mejor amar la vida, mientras uno tenga vida, por eso a pesar de que me apunten, me señalen con el dedo o murmuren de mi, no necesito su perdón porque puedo perdonarme a mi mismo…¡que Dios los bendiga!

Jueves, 10 de abril de 2008
Por Marcelo Juárez