sábado, 7 de febrero de 2009

Militancia en la prisión









__Desde hace varios años distintos organismos han venido militando dentro de los penales de la provincia de Santa fe, uno de los más comprometidos ha sido la Coordinadora de Trabajos Carcelarios.
Navegando la wed nos encontramos con una entrevista que se le realizo a una de sus integrantes: Natalia Moyano, por los compañeros de Colectivos Desalambrando.
En nuestra redacción decidimos reproducirla en forma textual.

Colectivo Desalambrando- ¿Desde cuándo y cómo arrancó el trabajo de la Coordinadora?

Coordinadora de Trabajo Carcelario - El trabajo de la coordinadora viene de los organismos de DDHH que surgen durante la última dictadura militar, a través de los familiares de los detenidos que empiezan a agruparse en torno a los reclamos de los derechos de las personas detenidas por razones políticas. A principios los 80’ los organismos de DDHH empiezan a visitar las cárceles con el fin de acercarse a los presos políticos. Es a mediados de los ‘90 cuando los presos sociales les hacen un reclamo a los organismos DDHH porque estos siempre habían respondido sólo a la cuestión de presos políticos, cuando en realidad también sus derechos estaban siendo vulnerados. A partir de esto un grupo de militantes de los derechos humanos (en aquel momento HIJOS, CERPAJ, APDH, gente del Colegio de abogados, Familiares de detenidos y otros) se plantean comenzar a abordar la problemática de los presos sociales. En el año ‘96 se hizo una huelga general en la provincia de Santa Fe. En uno de los reclamos del petitorio de los presos, los delegados de todos los lugares de detención de la provincia, exigían que la Coordinadora Carcelaria sea la mediadora entre los presos y el estado. Así empezó nuestro trabajo.

C. D.- ¿Qué función tienen las cárceles en Argentina según lo que ustedes fueron viendo en su trabajo?

CTC - La función de las cárceles en la Argentina y en el mundo, en este sistema, es una función de control social, de depòsito para la gente que sobra y que de alguna forma puede tener una especie de resistencia contra el sistema. Es decir, la mayoría de la gente que está detenida es gente pobre, uno puede ver que en la criminalización de la pobreza hay un medio de control social. A través de las cárceles se encierra gente a la que el sistema no da respuesta, gente que no mantiene una actitud pasiva. No necesariamente tiene que haber motivos políticos, es decir, infringir la ley es de algún modo ir en contra del sistema. Por ejemplo acá en Santa Fe la mayoría de los delitos son contra la propiedad privada y no contra las personas.

C. D.- ¿Qué tratamiento se le da en los medios de comunicación a las cárceles?

CTC - Los medios de comunicación ponen el tema de la cuestión carcelaria como algo de lo que no se tiene que hablar, negativo, las personas que permanecen ahí son la resaca de la sociedad.Los medios que adoptaron la problemática de las cárceles lo hacen desde un lugar poco serio, que termina naturalizando la situación. Es una realidad más, no se preguntan por qué existe esta realidad, en qué condiciones y por qué se encuentra allí, en su mayoría, gente pobre.

C. D. - ¿Cuál es el objetivo de su trabajo?

CTC. - La única forma de cambiar la situación carcelaria, es que haya un cambio radical en la sociedad. Nosotros no estamos de acuerdo con las cárceles, para nosotros no deberían existir, pero existen y ante eso nos planteamos tener una injerencia dentro de ese espacio y tratar de cambiar las políticas. Como organismo nuestro objetivo es la defensa de los derechos de las personas que están ahí. Si bien ellos han perdido el derecho a la libertad, no tienen porque perder el resto de sus derechos.

C. D. - ¿Notan que desde la aparición mediática del discurso sobre la inseguridad la vida de los presos dentro del penal cambió en algún sentido?

CTC - Lo que pasa con el tema de la inseguridad es que se responde con mayor represión y mano dura. A nosotros nos recuerda la época de la dictadura. Por ejemplo con el discurso de «los subversivos» se apoyaron políticas de mano dura y represión. Lo mismo pasa hoy con la seguridad e inseguridad, es un discurso que se utiliza para legitimar la violencia estatal. Esto en realidad es un problema de la sociedad, estructural, de pobreza, de desocupación y que se ha ido acrecentando desde la época de los 90 en gran escala.

C. D.- ¿Ustedes diferencian entre presos políticos y presos sociales?

CTC – No, nuestro organismo se funda en dejar de marcar esa diferencia. Siempre fue el gran reproche hacia todos los organismos de DDHH, y hoy por hoy, en gran medida estos mismos organismos siguen respondiendo a esta diferencia entre preso político y preso social, sin entender que en realidad el preso social es también un preso político, porque está preso justamente por medidas políticas, por una cuestión estructural. El delito es un producto social.

C. D. - ¿La organización se plantea propuestas alternativas a la cárcel para la inclusión social real de estas personas?

CTC - En principio, creemos que el Estado tiene que adoptar políticas públicas diferentes. Como organismo no asumimos ese compromiso porque no tenemos los medios para llevarlo a adelante, sí hemos apoyado en cierta medida algún proyecto de inclusión para los presos. La cárcel genera reincidencia, no rehabilita a nadie. Creemos que tiene que haber medidas alternativas como respuesta para la libertad y no para el encierro. Además la mayoría de la gente que está en las cárceles tiene entre 18 y 25 años, por lo cual es necesario tomar medidas de prevención, generar espacios de participación y de trabajo con la gente•