viernes, 15 de enero de 2010


Con una simple mirada sobre nuestra cotidianeidad, se puede apreciar como los niños viven y subsisten de las sobras y desechos de la sociedad que los margina, esconde y hasta desprecia.

Miles de niños sobreviven de containers de residuos por cierto muy “costos y modernos”. También los vemos sobrevivir (o no morir de hambre) gracias a los basurales clandestinos o de cosas que encuentran en la calle, cosas de la misma sociedad que jamás los llevaría a su mesa.

Nos damos cuenta, del daño irreparable y mortal (en algunos casos) que les causa a estos niños, la discriminación y el sentir que no le interesan a nadie?
Lamentablemente estos niños cultivaran resentimiento, producto de todo lo que viven y lo que ven, y guardan en su interior.

Es por eso que los institutos y comisarías de menores están abarrotados de jóvenes que están porque no tienen donde vivir, donde comer, que no tienen a nadie que los escuche, que le preste atención, que le enseñe las cosas buena de la vida y de esa manera crecen, con lo que ven y escuchan.

Y todos sabemos que este mundo, esta lleno de corrupción y de gente que solo piensa en si misma. Si todos ayudásemos a modificar este sistema, por uno más justo e igualitario para todos, seguramente no se necesitarían tantas cárceles.

Pero lamentablemente vivimos en un mundo, donde la política se aplica en beneficio propio, se llenan los bolsillos y no hacen nada, ignoran todo lo que sucede a su alrededor o peor aún, no les interesa. Total esos niños, no les importan a nadie, nadie reclamará por ellos, seguramente morirán lentamente, en soledad y en la más completa ignorancia, y como toda posibilidad de estudios le fue denegada, ni siquiera pudieron expresarse para exigir sus derechos avasallados.

Desde Ciudad Interna exigimos a todos los poderes políticos, una mayor mirada y sensibilidad sobre nuestros niños, les pedimos que se tomen urgente, las decisiones necesarias y justas para ellos, fundamentalmente en educación porque esa es la única herramienta que los hará libres de toda marginación social.

Homero

Por: R. un niño que no esquivo la mirada de un container.


Ahí va Homero.
Corriendo junto a su hijo.
Dejando atrás dos cuerpos metálicos,
Que transportan los cartones.

Ahí va Homero junto su hijo,
Correteando y mostrando una sonrisa ajena a su realidad.
Ahí va Homero cumpliendo el rol de padre.
Ahí va Homero cumpliendo el rol de hombre,
Y junto a él va su hijo,
Cumpliendo el rol de niño, y de grande.
Ahí van los dos.
Sonriendo hacia la meta.
Ahí van los dos.

La meta se desfigura.
Ya no es más el fin que anuncia al ganador,
Ahora es el fin de un momento hermoso.
Ahora solo es un container,
Que muestra una cruda realidad.

Ahí está Homero,
Erguido junto al container que devora a su hijo.
Ahí esta nuevamente la misma lágrima
Que derramó en el container anterior.