En el mes de agosto salió a luz la denuncia por una trabajadora de la Dirección General del Servicio Penitenciario por acoso sexual. Lo peor del caso es que según la víctima, fue el alcalde mayor Herminio Batista, quien tras el hecho fue pasado a disponibilidad. Este grito de alerta tuvo un efecto desencadenante e inmediatamente salieron a flote un sin fin de relatos similares con el mismo denominador común: los aparentes responsablestienen algún cargo jerárquico en el S.P. Con la atención y el cuidado que merecen, Ciudad Interna hizo eco de estas voces.
Luego de que una trabajadora de la Dirección General del Servicio Penitenciario Provincial (SP) haya denunciado públicamente que el alcalde mayor Herminio Batista la instigó sexualmente, llegaron a nuestra redacción varios hechos de características similares que aparentemente han venido realizando por largo tiempo estos muchachos amigos del acoso y del desenfreno sexual. Demás está decir porque que nos reservamos la identidad de las fuentes.En todos los casos se encuentran involucrados personal de la plana mayor del SP, quienes según señalan sus propios colegas, se han venido valiendo de sus jerarquías para ocultar estos libertinajes inmorales, ocasionando un gravedaño Psicológico y una agresión directa al pudor de sus pares femeninas.El caso denunciado ante la justicia es el que involucra al alcalde Erminio Batista de la Dirección General, quien –según el escrito– acosó sexualmente a la mujer. Por el hecho Batista fue pasado a disponibilidad, teniendo encuenta que su reincidencia en casos de esta naturaleza: hace nueve años le cobró sexualmente a una aspirante de Rosario para aprobarle el curso de ingreso a la repartición.Por su parte, la supuesta víctima tendría que ser asistida por los daños ocasionados, mediante Psicoterapia por la licenciada Carmen Rosso. En esta oportunidad esperamos que Rosso, quien también es empleada del SP y fuedenunciada por este medio en su tercera edición por inaptitud y negligencia, no recurra a su tradicional bola de cristal y haga bien las cosas, porque si esperamos que trate a las víctimas de este acoso como a los presos o aalguno de sus iguales esa chica está frita, no se rescata nunca más.José Pedro Gaidelon, de mote el gordo, cuando era director de la Unidad IV de mujeres –según narran sus pares– era uno de los máximos apretadores sexuales dellugar, hoy se desempeña como director de la cárcel de Las Fflores, en la capital provincial.El alcalde Hector Lopez, al que llaman Chuqui, el enano maldito, Lopesito también es señalado con reserva de identidad como ejecutor de este tipo de aprietes desde hace tiempo. Fue denunciado por acoso en la Dirección General de SP y en la actualidad –muchas voces relatan– tiene apretada a una trabajadora de la secretaría de esta Unidad… quiere sexo sí o sí.Para no ser menos, hoy se conoce que los alcaldes Mario Fernández y Alonso, cuando estaban en la escuela de cadetes del SP se valían de su jerarquía para acometer sexualmente a las estudiantes y aprobarles las distintasmaterias.Otras de estas estampitas desenfrenadas que no se quedaron atrás fueron los alcaldes, –actualmente corridos de la fuerza– Manuel Benegas y Jorge Miranda, aliasPinchila, quien reivindicando su apodo le dio rienda suelta a sus bajos instintos aprovechando su estrella para valerse de un perfil poco seductor y caer en el mismo modus operandis de sus colegas.Por otra parte, otro que no podía quedar ausente de esta lista de denuncias se trata del ex alcalde Tira, también desplazado de sus funciones, capo del tristemente célebre Grupo de Operaciones Especiales Penitenciarias (GOEP).Tira, se sabe, hizo trasladar de esta unidad a un empleado de menor rango por defender a una desamparada criatura femenina, quien se veía acorralada y expuesta a estos tipos de galanterías nada formales y bien satíricas.La más linda, una de las mejores chicas del SP, corondina ella, una vez recibida fue atrapada por las garras del prefecto José Humberto Garaffo –Pollo– quien la sentó a su derecha en la Dirección General por bastante tiempo.A este medio también llegó una denuncia contra José Luís López –alias Bocacha– el segundo de mayor jerarquía dentro del SP, quien fue visto en más de una oportunidad en la Unidad III de Rosario en su automóvil particular,abordado por extraños masculinos, para de luego de dos horas y medias retirarse como si fuera un motel.Y por último remarcamos dos secuencias que involucran a la figura top del SP. Es quien alcanzó el máximo escalafón de la carrera y hoy encabeza la tabla de posiciones por alcanzar lo que denominamos La Copa Sátiro. Se tratadel prefecto mayor Alberto Atilio Acosta, alias el Chancho o el Cuico.Cuando este cubría el cargo de director en la Unidad X de Santa Felicia de Vera, acosaba sexualmente a su subordinada, la ecónomo del lugar, y no la dejaba tranquila ni a sol ni a sombra. Este hecho fue denunciado en laDirección General y excepto para Ciudad Interna, fue producto de olvido.Este no fue el único ataque a figuras femeninas que registra este personaje. Basta con los testimonios coincidentes de muchas visitas femeninas, quienesrelataron que en una ocasión –cuando Walter Rossini era director de esta unidad y Alberto Acosta el alcalde– les pusieron espejos en el piso para miraras cuando las obligaban a agacharse y requisar sus partes íntimas, comoseñalamos en el tercer número de esta publicación.Lo positivo que rescatamos de esto y que permitió que todo saltara a la luz, fue el valor de la profesional acosada recientemente por haber denunciado su caso. Así como también de distintos integrantes del SP que aportaron datos para realizar esta nota, quienes no están para nada de acuerdo con este tipo de ultrajes como también de tantos otros sometimientos que vienen padeciendodesde la Escuela de Cadetes y quienes dicen que “no tienen forma de decirlo públicamente ni de defenderse”.Nosotros sabemos muy bien lo que representa esta realidad por eso, hoy que podemos, decimos que tienen las páginas abiertas de esta revista para protegerse de los abusos, además de las garantías pertinentes de reserva deidentidad.