Sabemos que las cárceles no son sanas ni limpias. Sabemos que las cárcelesforman parte de un poder estatal que se materializa en un sistema penalrepresivo.Sabemos también, que las cárceles no son otra cosa que un depósito depersonas.Y sabemos que el discurso de la “resocialización” no sólo entra en crisis enel estado actual de estos “depósitos” de personas denominados cárceles, sinodesde su fundamento. Fundamento que atenta contra la autonomía del sujeto,contra el colectivo instituyente de una comunidad basada en lazos sociales,y que principalmente niega a un sujeto ya constituido en la heterogeneidadde sus orígenes y saberes.También, somos concientes de que el estado actual del sistema penitenciarioes funcional al sistema capitalista y consecuentemente a un “derecho penaldel enemigo”. Es decir, existe una relación directa entre estas cárceles yun sistema penal moderno que amplía cada vez más sus ámbitos de intervenciónen la vida de los individuos en pos de una clara flexibilización de losprincipios y garantías jurídico-penales de un Estado de Derecho.Entonces, y es una obviedad, también negamos a la “resocialización” como lacontracara del delito. Y nos preguntamos, ¿cómo lograr la utópica misión deerradicar el delito a través del encierro, el hacinamiento y la exclusiónsocial?. Porque el encierro no es otra cosa que la degradación desituaciones de exclusión ya consolidadas. Y con esto queremos señalar laselectividad del sistema penal que se ve reflejada en cárceles pobladas portodos aquellos que ya estaban por fuera de los circuitos activos deintercambio social, es decir una población altamente vulnerable. La cárcelcomo un eslabón más en este proceso de exclusión que conlleva implícita lasupresión completa de la comunidad, la expulsión, el rechazo de los“indeseables” de los procesos productivos y del reparto de las riquezassociales. Es así como nos llegamos a preguntar, ¿qué es una pena privativade la libertad sino una expulsión de la comunidad de un ya excluido social?.Sabemos que toda institución es institución de la violencia puesto que seimpone a los sujetos como algo dado, permanente e incuestionable. Estosupone la sumisión al pensamiento del otro, esta objetivación negativa delos sujetos obstaculiza el surgimiento de subjetividades reflexivaspotencialmente transformadoras. La caracterización es aplicable a cualquierinstitución creada en el sistema capitalista, que obtura sistemáticamente lacreatividad social en beneficio de su reproducción. Y el Estado, a través desus agencias deposita a personas en estas “instituciones de secuestro” porun lapso de tiempo, se las incorpora dentro de un régimen basado en premiosy castigos. En donde el “avance” en el “proceso de resociabilización”, quepermite progresivamente la libertad, depende de los criterios que se tengarespecto de la conducta del sujeto; menoscabando obviamente sustancialesprincipios que hacen al Estado de Derecho y al respeto de los fundamentalesderechos humanos.En este marco, existe este espacio, existe esta “Ciudad Interna”, que nopretende una salvación individual sino construir lazos de solidaridad,construir un colectivo que busca respuestas globales a esta situación. Es unlugar de resistencia, de lucha y de denuncia que los chicos privados de lalibertad en la Cárcel de Coronda han construido y han sabido defender.Nuestro trabajo en los talleres es apenas uno de los aportes más que desde“el exterior” se le brinda a esta “Ciudad Interna”, lo hacemos desde nuestrolugar, con las herramientas que tenemos, pero con una dinámica de taller.Dinámica que propone la construcción de conocimiento, a través delintercambio de saberes provenientes de la multiplicidad de voces que formanparte, logrando así un saber mucho más rico, más sólido y más complejo; laidea es que podamos problematizar situaciones y construir “herramientaspara”.Gracias Ciudad Interna por permitirnos ingresar a este espacio-tiempodiferente; por dejarnos conocer más de cerca este lugar de “libertad”, lugarde resistencia y lucha militante. Lugar que con su quinta revista en lacalle sostiene así la consigna de “trascender los muros”. Publicaciónescrita, producida y diseñada por los chicos del Ala Sur de la cárcel deCoronda reafirma así la necesidad de un “espacio de libertad, de compromiso,de trabajo de subjetivación, donde todos los participantes son partes de uncolectivo instituyente, un germen de autonomía, para brindar/seherramientas/posibilidades para una futura vida en libertad.Sabemos, los que hacen la revista y los que participamos de los talleres,que entre todos estamos construyendo un devenir que en tanto histórico,lúdico y político da cuenta de una independencia, lograda en términos delucha, en relación a las líneas bajadas por el sistema penitenciario y lasnormas penales.Tanto la revista como el taller que en ella se está gestando pertenecen a lapotencia de todo movimiento de desinstitucionalizador que reside en lanegación de las instituciones transversales de la sociedad. Y este procesoes necesariamente acompañado de la generación de subjetividades creativas,solidarias y autónomas.Creemos sin embargo, que todavía falta mucho, que es muy difícil seguirapostando a un Derecho Penal que optimice las esferas de libertad de lossujetos, ante una “demanda social” materializada en un grito atávico devenganza que junto al falaz discurso de la “inseguridad” reclama respuesta através del encierro y el hacinamiento. Consideramos necesario instalar estedebate dentro y fuera de la cárcel; por eso la revista, por eso lostalleres, por eso el trabajo en equipo, por eso la necesidad de sumar gentecon el compromiso de participar en un espacio de construcción colectiva,multidisciplinaria y en defensa de los derechos humanos.Dejamos nuestras direcciones de correo electrónico para que puedacomunicarse quien tenga cualquier inquietud:
Lucas: elclondelucas@hotmail.com
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Autores: Lucas Virniello Ivañes. Eugenia Cozzi, Daniela Asinari