martes, 30 de diciembre de 2008



  • Por: Ludmila Rafalovich
Se termina un año, y aunque cueste, tratemos de pensar que no sólo cambia el almanaque… siempre existe esa energía y ese espíritu de renovación y lucha que acompaña el paso de un año a otro.
Para quienes hacemos el trabajo de hormiga, quienes construimos en el día a día desde nuestros espacios, fue un año de lucha, de esfuerzo, de perseverancia, de disputa, de debate. Para mí fue un año de definiciones, de reordenamiento de mi proyecto de vida y de militancia, un año donde re-descubrí a Ciudad Interna, y esto me movilizó las estructuras en todos los sentidos de la vida y me generó un enorme compromiso con su lucha y con su proyecto.
Compañeros y compañeras, especialmente a mis amigos de Ciudad Interna, que el año que viene nos encuentre más unidos, con más fuerza para vencer los prejuicios, para gritar más fuerte lo que nos pasa y lo que queremos, para que su voz y su fuerza rompan los muros que los oprimen, para que cumplamos el sueño de los 30000 que, como decía Queca, ofrendaron generosamente sus vidas por un proyecto de país y de mundo que nosotros estamos llamados a desarrollar.
Que el 2009 sea un año de triunfos, de logros, de amor y de libertad para todos.
Muchas Felicidades
Sigamos luchando alegremente•