Desde Córdoba por: Colectivo Caracol en la Coordinadora Antirrepresiva por los derechos humanos.
Cocó es una travesti de 27 años, privada de su libertad en el penal San Martín de la ciudad de Córdoba. Como muchos/as allí dentro, se encuentra en una delicadísima situación de salud. Vive con el virus de inmunodeficiencia humana, en estado de desnutrición, muy por debajo de su peso, con escasas defensas y serios daños en el intestino. Situación que es insostenible.
El pasado viernes treinta de abril, el personal del servicio penitenciario se negó, como muchas otras veces a trasladarla al hospital que funciona dentro de la cárcel para medir su fiebre y solicitar nuevamente un análisis para detectar las razones de la diarrea que no la deja dormir desde hace ya 2 meses.
Cansada y desbordada por la inhumana situación de abandono de persona a la que esta sometida por las autoridades del penal, se auto agredió con elementos cortantes, intento ahorcarse e incendio su celda y parte de sus pertenencias. Alcanzo a ser rescatada por compañeros del pabellón, quienes consiguieron su traslado al hospital.
“ya no tengo mas nada que perder…capaz moría asfixiada o desangrada, pero lo intente y conseguí que me atiendan, hasta el director pareció interesado”, expreso telefónicamente.
No es novedad en el ámbito carcelario que las personas lleguen a auto agredirse reclamando por un derecho tan elemental como es la atención medica. O a manifestarse, arriesgando su vida prendiéndose fuego o levantándose en huelga de hambre como sucede actualmente desde hace 40 días en muchos penales del país.
Una dieta insuficiente, alimentos en mal estado, falta de control medico, ausencia de medicamentos, retención de medicinas proporcionadas por la visita, condiciones antihigiénicas, movilidad dificultada por el encierro en celditas de 2 x 4, pèrdida de la visión, palomas, ratas y cucarachas en los pabellones… dan cuenta de la violación sistemática de los derechos humanos. “ ya no aguanto mas, siento que me están matando, no estoy pudiendo sostener mi tratamiento, la semana pasada no pude tomar mis medicamentos, porque no iban a buscarlos…ya me estoy quedando sin fuerzas,” agrego coqui, como la tratan sus pares. La interrupción del tratamiento antirretroviral atenta directamente contra su vida.
Mientras las autoridades argumentan que la cárcel esta para la reinserción social, no cesan la tortura y el aniquilamiento de personas por parte del personal penitenciario.
El estado argumenta un excesivo gasto por persona detenida, pero coquis es explotada 4 horas diarias pese a su gravísimo estado de salud, por 80 míseros pesos, con los cuales debe sobrevivir, sin tener acceso ni a aspirinas, además del marcado sobreprecio en la cantina del penal.
En muchos casos la visita de familiares y amigas/os ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas en situación de encierro. Aunque la realidad travesti, es la del abandono social dado el notable grado de discriminación, exclusión y segregación que padecemos por nuestra construcción de genero.
Son dos las travestis detenidas en el penal de varones de san martín, lo cual denota la negación de su identidad femenina, y da cuenta del estado de vulnerabilidad y estrés en la que se encuentran.
Por lo que coquis subrayo: “es valiosísima e imprescindible el apoyo de militantes y abogadxs de derechos humanos, sin ellas/os seria muy difícil seguir luchando día a día por sobrevivir”.
Desde el entorno de coqui estamos preocupadas/os por la gravedad de la situación, y por las represalias que pueda padecer por visibilizar su situación, al desenmascarar la brutalidad represiva, pero la acompañaremos en su lucha. Aun siendo victimas de vergonzosas revisaciones, malos tratos y humillaciones que padecemos las visitas y teniendo obstáculos para ingresar desde alimentos hasta medicación. Ya estamos montando estrategias para cuando salga en libertad porque haremos lo posible para que sobreviva. Nos inquietan también las posteriores secuelas psicológicas y el antecedente que será un nuevo motivo de aislamiento social y desempleo.
Colectivo caracol en la coordinadora antirrepresiva por los derechos humanos.
Contacto, colectivo caracol: Maite, TEL: 0351-152408802.