Desde Zainuco.
Finalizó la primera semana de ronda de testigos que continuará hasta el miércoles de la semana próxima y luego, jueves y viernes, serán los alegatos.
Por la mañana en la Cámara Criminal Segunda atestiguó el ex detenido Jesús Néstor Urbina, bajo presión de los gestos amenazantes de los policías imputados presentes. Coincidió con los anteriores testimonios en fechas y acontecimientos y reiteró la descripción de los métodos utilizados “Nos reprimieron, nos llevaron afuera y nos pegaron en la planta de los pies”. En este sentido, es revelador que un informe de la Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (Roma, 4-11-1950) que explica que “la falanga o bastinado es un método de tortura que se ha practicado durante siglos, que consiste en la aplicación de golpes sobre los pies con una vara de metal o de madera. Este método se caracteriza por causar un intenso dolor sin provocar lesiones permanentes y reconocibles”.
Luego, fue el turno de Oscar Germán Delvas, quien apenas ingresó a la sala señaló una de las barras de metal y expresó: “a ese lo conozco, por su culpa me dieron diez puntos en la ceja”.
Así comenzó uno de los testimonios más enérgicos desde que comenzó el juicio. “La represión duró tres días, era levantarse y desmayarse. Perdí el conocimiento varias veces al día (…) fue como una revancha contra nosotros (los detenidos). Me tuve que ir de Neuquén sino me iban a matar, así que pedí el traslado a Roca”, refirió Delvas.
Posteriormente, ante la insistencia del abogado defensor Javier Cardellino acerca de cómo había sido la secuencia exacta de los acontecimientos, el testigo respondió: “si usted se hubiera desmayado dos o tres veces al día tampoco se acordaría bien la fecha”.
Cuando lo indagaron acerca de las causas del conflicto aseguró que “por fuga no fue”, en cambio, relató los reiterados abusos con la visita y que, a modo de provocación, el personal de requisa “se comía la comida que nos traían nuestros familiares frente a nosotros”.
Por fin, el declarante pidió un recurso de amparo al Tribunal, por eventuales hostigamientos que pudiera sufrir luego de su declaración.