por: Lumi
Hay ciertos lugares socialmente legitimados para conocer a quien uno elige como compañero/a para la vida. Hay otros lugares que por sus características no parecen acomodarse ni siquiera forzosamente dentro de esos ideales. Lugares que por estar desbordados de crueldad, sufrimiento, dolor y abandono, no parecen tener lugar para sentimientos como el amor. Lugares como una cárcel...Sin embargo, inclusive dentro de los muros, la lucha es capaz de despertar sentimientos de afecto, compromiso y libertad, de generar historias de amor y pasiones que se potencian por el encierro y que demandan de una integridad y una constancia que no son fáciles de llevar adelante, pero que encuentran en la lucha y en la esperanza del futuro su fuerza y su sustento. Son historias donde no corresponde la filosofía de "vivir el presente", donde la ilusión y la expectativa están puestas sobre todo en el mañana, en el futuro, en el "afuera". El presente es solo un paso, más largo o más corto, hacia lo importante que es lo que viene después.Quienes militamos, quienes luchamos día a día, sabemos lo que es la paciencia y el trabajo de hormiga... con esto es igual, es construir de a poco los cimientos de algo nuevo, es llevar adelante una causa con tenacidad, firmeza y empeño, es poner en ella corazón, cuerpo y alma, sacarse de encima todos los prejuicios y luchar contra los ajenos, aquellos que le ponen trabas a nuestros sueños y que con una visión limitada pretenden imponernos un modo de vivir que va en contra de nuestras ideas y nuestros sentimientos. La militancia une energías, ideas, esfuerzo, objetivos, y a veces también nos une de otras maneras a veces impensadas, pero que tienen un enorme valor porque unirse en la lucha significa un compromiso que incluye el amor mutuo pero que a la vez lo supera; es abrazarnos en las ideas, es compartir sueños y esperanzas, y modos de ver y entender la vida y a nosotros mismos.Sólo los que vivimos una historia de amor en circunstancias como éstas sabemos lo que significa no poder compartir muchísimas cosas importantes de la vida, no poder contar con la presencia del otro en muchos momentos difíciles, es caminar y sentir que necesitamos una mano junto a la nuestra, es necesitar un abrazo y de repente encontrarnos solos, es acostarse a la noche y sentir que algo está faltando a nuestro lado, es llorar y tener que secar solos nuestras lágrimas, y siempre levantarse y seguir adelante porque sentimos que hay alguien que quizá nos está necesitando, y que no se pueden bajar los brazos. La libertad, tan natural y tan cotidiana para algunos, es la única esperanza para otros; tan poco valorada por algunos... el bien más preciado y esperado para otros... Cuánto valor comenzamos a darle cuando sentimos la falta de ella... porque quienes estamos afuera y tenemos entre rejas a quien amamos, también nos sentimos presos, privados de la compañía del otro, encerrados en una soledad que nos oprime el corazón, y sentimos que cuando esa condena termine, va a terminar para los dos. Porque en la distancia y en el tiempo, sentimos la presencia del otro en nuestro corazón, en cada llamada sentimos que se nos agrega un suspiro más de vida, pero no es suficiente, la separación es antinatural, solo se sostiene apoyado en un enorme convencimiento y con una proyección a futuro que permita mantener viva la ilusión. Vivirlo sólo como una historia presente, intentar disfrutarlo como un idilio aquí y ahora, es condenarnos a un padecer eterno, porque no puede haber plenitud en una relación condicionada de tal modo, y porque nuestros ideales nos exigen luchar por un horizonte distinto.Podrán ponernos de por medio rejas, guardias, larguísimas horas y enormes muros, pero hay cosas en la vida imposibles de tapar, callar o destruir, y es el amor de quienes cada día entregamos la vida entera a la causa más hermosa de cualquier ser humano, quienes cada día encontramos en esa persona la fuerza para seguir adelante, progresar y esperarlos afuera con ganas de construir un camino diferente para los dos. "Para la libertad sangro, lucho y pervivo...Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,ella pondrá dos piedras de futura miraday hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcanen la carne talada...Porque soy como el árbol talado, que retoñoy aún tengo la vida..."
(Para la Libertad- Miguel Hernandez y Joan Manuel Serrat)