miércoles, 8 de octubre de 2008

La verdad de la milaneza



Por: Jorge Crespillo, Lisandro Arostegui y Osvaldo Guzmán
Si bien a la actual gestión de gobierno le tenemos que reconocer sus buenas intensiones respecto a su política de “reducción de daños” para la persona que transita la pena en la provincia de Santa Fe, creemos necesario destacar que el “modelo incapacitante” es decir la “prisión depósito” es una encrucijada de la cual no vamos a poder salir hasta tanto no tengamos actores políticos (poder judicial, legislativo y ejecutivo) que en sus actos de gobiernos dejen de engañar a la gente vendiendo “encierro” por seguridad, como si fueran las caras de una misma moneda.
Si bien reconocemos a la Secretaría de Asuntos Penitenciarios, al Servicio Penitenciario y al Director de la “Modelo” la continuidad y profundización hasta cierto punto de una política de apertura y de diálogo, están muy lejos de conseguir los objetivos propuestos, es decir: reducir daños, abrir la prisión, democratizar la prisión, promover y asegurar derechos y por último y la meta más irrisoria, si por este camino seguimos, reintegrar socialmente a pesar de la prisión.
Pareciera que estamos frente a una manipulación mediática de lo que acontece al interior de las prisiones de la provincia, parece que a la hora de dar una noticia desde el oficialismo sólo hay que “vender” lo bien que nos está yendo. Gran mentira, y uds., encargados de los lugares de gestión lo saben, saben que a la hora de continuar con este modo de “castigo” los objetivos arriba mencionados son más que imposibles de alcanzar. Lo dijeron Uds. Mismos a la hora de arrancar la gestión. Entonces el equipo de Ciudad Interna se pregunta si se han olvidado de esos objetivos, o que pasó en estos escasos meses desde que asumieron.
¿Porqué no salen en los medios hablando de las 12 muertes que ya llevan acaecidas desde que asumieron?. ¿Porqué no salen a decir que inauguraron un pabellón universitario sin tener los sueldos mínimos asegurados para los trabajadores de ese lugar, sin tener el equipamiento informático acorde?, o lo que sería más honesto, ¡salgan reconociendo su “incapacidad” para armar un Centro Universitario al estilo el C.U.D. (Centro Universitario de Devoto) en la llamada “Modelo”… claro creen que con máquinas obsoletas y tutores sin tener sueldos seguros podemos estudiar a distancia. Salgan a decir que no están Uds. a la altura de proporcionar clases presenciales y una real universidad a los internos, y eso sería una noticia verás. Salgan a decir que no nos permitieron el ingreso al acto de inauguración de ese pabellón y al cierre del corralito y eso también sería una noticia más completa.
Después cierran el corralito, y otra vez salen con los bombos y platillos a anunciarlo. Nosotros nos preguntamos porque no se habla de lo que está sucediendo en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros con ese cierre. Y volvemos a repetir, hace años que venimos denunciando las violaciones a los derechos más elementales de las personas que allí estaban alojadas, siempre denunciamos y exigimos el cierre de ese lugar. Pero, hoy “eso” se cierra, y abundantes recursos económicos destinados para ello no respetan ni en lo más mínimo los lineamientos de la Ley de Salud Mental y su respectiva reglamentación. Hoy por hoy a la Colonia de Oliveros llegan partidas del gobierno de más de $50.000.- destinado al “nuevo dispositivo” de atención para los “loquitos más peligrosos”, pero por otro lado los trabajadores del resto de la Colonia cuentan con quizá cuatro o cinco salidas terapéuticas con vehículo para pabellones de quizá 30 pacientes. Pero esto no se dice. El gobierno no reconoce sus errores, obviamente porque esa es la triste misión nuestra.
Y sí, sabemos dónde fueron a parar los pacientes del tristemente conocido “Corralito”, y también por investigaciones del equipo de Ciudad Interna sabemos quienes fueron los trabajadores al frente de este cierre y traslado de pacientes. No es eso lo que nos alarma, sin embargo es eso lo que sale en los medios debido a falta de información y presencia en esta lucha específica. Sino que nos preocupa, por ejemplo, que desde la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia se participe de estos actos de gobierno, inclusive firmando convenios, pero que halla una terrible y dolorosa ausencia en espacios de construcción y trabajo, y en los espacios en los que sostenemos la “denuncia” de políticas violatorias de derechos fundamentales tanto en la “Modelo”, como en la “Colonia”.
Y tampoco sale a decirse que el “cabecilla” de este cierre y estampida masiva de pacientes fue quien durante años sostuvo desde un organismo de derechos humanos su firme convicción de rechazar la apertura de un “dispositivo” de las características del que hoy por hoy ya se inauguró en Oliveros. Sin embargo desde el gobierno y sus distintos Ministerios avalan a este sujeto sosteniendo así una Práctica en Salud Mental desde el “Discurso del Bien Hacer” y no desde el “Discurso del Sujeto”, práctica, ésta última obviamente, por la que durante tantos años han luchado los trabajadores de la Colonia de Oliveros.
Entonces, todo esto no se dice, se acalla, y debemos buscar nosotros los canales cada vez más limitados para denunciar al poder represivo y sus formas corruptas de construir espacios que “supuestamente” abonan en la reducción de vulnerabilidad del sujeto.
No tenemos que viajar mucho en el tiempo para ver y sentir las aberraciones que están padeciendo los chicos en los institutos de menores, que en algunos casos han llegado al suicidio. ¿Y que pasó con el objetivo de cierre de ese espacio?, no lo sabemos. Pero si estamos seguros que ese era un objetivo de esta gestión. Quizá en este punto también las intensiones sean buenas, pero no alcanzan. Las buenas intensiones, sirven de manto para la corrupción, la mano dura, el sostenimiento de espacios de segregación y encierro, y obviamente manteniendo la perversidad de un modo de castigar.
La unidad de Piñero esta convertida en un pequeño Vietnam y las reyertas son permanentes productos de la no implementación hasta la fecha ningún taller laboral. ¿Esto se condice con un plan serio de contención para bajar los índices de violencia?, desde ya creemos que no.
Las mesas de diálogo son un espacio valiosísimo de denuncia, de escucha y de construcción. Pero tampoco leímos alguna vez en el diario que los titulares del poder ejecutivo denuncien la ausencia de representantes del poder judicial, cuando en las mesas de diálogo, frente a nosotros lo hacen constantemente. ¿Es falta de compromiso con la construcción de un proyecto de país?, preferimos creer que no, queremos creer que es simple temor al costo político. Tampoco denuncian que aquel encargado de tutelar nuestros derechos durante la estadía en este infierno no baja jamás a recorrer los pabellones y pasillos del penal. Y no nos referimos a las repetidas quejas en las mesas de diálogo, sino a darle a esta denuncia tanto “bombo y platillo” como al resto de los fantásticos anuncios progresistas de esta gestión.
Tampoco los representantes de la Cámara de Derechos y Garantías de Diputados de la provincia salen al cruce con todas las denuncias que recogen en las mesas de diálogo. Y que no se malentienda, agradecemos su presencia y participación, necesaria y hasta obligatoria como parte de su laburo, pero también agradeceríamos actos políticos concretos con la información que allí se recoge.
Todo esto sólo abunda en el desgaste de los compañeros que participan de las mesas de diálogo, y no en potencializar estos espacios de intercambio tan necesarios.
Más aberraciones: Los sectores denominados “del fondo”, en la Modelo, están a la “buena del señor”. A los chicos se los tiene las 24 horas encerrados, se les violenta sistemáticamente los derechos a la educación, el deporte y otros no privados por la sentencia que los mandó “adentro”. En lo que refiere a la atención en Salud Mental sin bien en un principio trabajaron bien no podemos decir lo mismo en la actualidad. Son varios profesionales que sólo vienen a calentar sillas y tomar mates, y si atienden 10 compañeros por semana es mucho. Ahora también se dispuso atención al personal penitenciario, esperemos que no hagan lo mismo que hacen con nosotros, porque realmente lo necesitan. Lo más triste de esto es que se destina grandes presupuestos para cubrir los gastos de estas áreas, que bien valdría la inversión si fueran bien orientados. Si bien en la Unidad nunca habíamos pasado hambre hoy no podemos decir lo mismo, esto es producto del recorte de alimento que según el Director Gabriel Zelante se dispuso a pedido de la nutricionista que está a cargo en esta área. Nutricionista que nunca se hizo presente para ver que los guisos que nos dan no lo comen ni siquiera los chanchos que el IAPIP explota. Pero la realidad es que estos recortes sólo lo padecen los detenidos y el personal subalterno, no es el mismo caso de los oficiales que consumen las mejores partes de la carne vacuna. En la mesa de diálogo se le planearon estas inquietudes al Director y salio con un argumento irrisorio: “las medias reses se escurren dentro de las cámara frigoríficas, perdiendo hasta 198 kg”. Otros de los manejes en el área alimenticia es que las bolsas de papas que ingresan a la unidad entran mas tierra que patatas y esto no es nuevo. Asimismo, constantemente se están realizando cambios de cableados y son desplazados los que quedan en desuso, pero no por esto dejan de perder valor el cobre que los mismos poseen y esto no lo desconoce la gente del área de electricidad. Según trascendidos sacan bolsas llenas de cobre en los camiones que retira la basura.
Entonces, desde el equipo de Ciudad Interna decimos que a esta corrupción reinante o se la aniquila o se la ampara, que a este sistema perverso de castigar o se lo batalla o se lo avala, que a estas irregularidades escondidas detrás de logros progresistas o se las denuncia o se los ratifica. Basta de buenas intensiones, sabemos que es difícil, sabemos que para la sociedad de “afuera” encierro y mano dura es igual a seguridad y sabemos que se cuenta con más jugadores en contra que a favor de un movimiento diferente. Pero también sostenemos que uds., los funcionarios, son personas con grandes responsabilidades, entonces si el “poncho les queda grande”, es corta la bocha, ¡pásenselo a otro!.