miércoles, 3 de marzo de 2010


La cárcel de Coronda, Santa Fe, llamada “Instituto Correccional Modelo de Coronda”, sigue como siempre: “No tiene absolutamente nada de instituto, menos de correccional, y como modelo es un desastre”. En ella, a lo largo del año 2009 y en lo que va del 2010, no hubo cambios positivos, sino todo lo contrario. Siempre hemos visto corrupción, pero jamás como la imperante en estos últimos tiempos.

Sin ánimos partidarios desde Ciudad Interna decimos que los pocos logros conseguidos tendientes a la superación de los compañeros encarcelados están siendo avasallados por un grupo de penitenciarios retrógrados que no aceptan modificaciones ni cambios y están siendo amparados por incapaces funcionarios políticos que a lo único que han atinado a través de actitudes corruptas es a cederles sus responsabilidades a pastores evangelistas.

Políticos, Milicos, versus resocialización.

Tras el enfrentamiento entre el poder político e integrantes del Servicio Penitenciario los detenidos son los más perjudicados al estar en medio de fuegos cruzados. Por un lado, el poder político que llegó con un discurso de derechos humanos, discurso vacío, ya que en la práctica nada hace por cambiar y bregar por el respeto de los derechos humanos de las personas en situación de cárcel. Por el otro un sector del Servicio Penitenciario que no acepta modificaciones ni cambios y solo pretende recuperar el autoritarismo que han aplicado durante años y que llevaron a los penales al calamitoso estado en que se encuentran, con solo observarlos sobran las palabras.

Todos los talleres pedagógicos y espacios de trabajo generados por los detenidos en la “Modelo” han sido desmembrados, el único que resiste a duras penas es Ciudad Interna, pero sin ir muy lejos en el mes de enero del corriente año las autoridades penitenciarias comandadas por el ex policía, hoy director del penal Gabriel Zelante, seguido del Subdirector Miguel Angel Chialvo fragmentaron el espacio de comunicación trasladando a parte de sus integrantes a otras unidades. Esto no solo en respuesta a una nota donde se denunciaban las atrocidades que se cometen en los buzones de castigo, sino también porque a través de él salen a la luz todos sus actos de corrupción. Su objetivo principal consistía en el cierre definitivo del medio de comunicación, el cual mantuvieron clausurado varios días. Estos represores con lo que no contaban era con que no solo continuaríamos con la lucha, sino también a esta se sumaron varios medios al igual que muchas personas y se logró evitar el cierre del espacio. Pero así mismo en la actualidad se les impide el acceso a varios compañeros comprometidos, que vienen trabajando desde hace años en nuestro Equipo, como ejemplo a Sebastián Batalla quien la lleva varios años militando en el.

Recordamos que el represor Chialvo, según trascendidos de fuentes confiables, fue el movilizador, entre otros, de las tropas penitenciarias para llevara adelante sus reclamos realizados durante el 2009. En los cuales no solo pedían “más autoritarismo, más represión y la destitución de los actuales funcionarios políticos, sino también que el presupuesto económico sea desviado a engrosar las arcas institucionales, y por supuesto, también los sueldos de aquellos que argumenta una laborar súper riesgosa en la cual desde que existe la Modelo -más de 70 años-, tuvieron menos bajas que la del gremio de los panaderos, o sea ninguna, y en hora buena.

En otro orden, los Organismos de Clasificación y Tratamiento si bien desde la conducción política se generaron cambios positivos pero aun falta puesto que en ellos todavía se encuentran cuadros que solo están supeditados a las decisiones de algunos jerarcas penitenciarios y con esto se suman sus matriculas al la gran corrupción.

Desde la creación de nuestro movimiento siempre dijimos que la cárcel no sirve de nada, pero mientras siga existiendo en ella abran seres humanos por los cuales tenemos que luchar, y por lo tanto venimos insistiendo que dentro de la filas del servicio penitenciario es necesaria una depuración y al frente de cada unidad tiene que haber una figura civil para que allá un equilibrio. Si no es así siempre lo único que se buscará será favorecer la institución penal y no a los detenidos. El poder político tiene la facultad para hacerlo, pero claro, para eso es necesario valor y convicción.

Cuando decimos depuración nos referimos a cuadros penitenciarios que lo único que hacen con su transmisión de violencia diaria es producir un flujo que penetra hasta los huesos de los seres humanos a los cuales les encomendaron “reinsertar”, creando un gran resentimiento que luego cuando los detenidos recuperan su libertad se canaliza de diferentes formas, esto sumado al grave problema económico, genera un enfrentamiento social de pobres contra pobres.

En su gran mayoría los detenidos sienten odio hacia los milicos, aunque no lo digan en su interior tiene el reflejo de haber sido desde muy pequeños maltratados y formados para delinquir por fuerzas policiales, y luego desde los institutos de menores hasta llegar a la cárcel se encuentran con la misma historia cumplida por el Servicio Penitenciario.

Un herrero necesita años de capacitación para forjar sus hierros, no es casual que un empleado penitenciario sólo necesite lo que sabe un chico de cuarto grado, hacer una larga cola y en tres meses está capacitado para tratar con seres humanos que en general registran múltiples carencias principalmente debido al problema del trabajo y la educación.

Las pocas buenas intenciones orientadas a combatir la cárcel terminan siendo absorbidas por la verticalidad y la contaminación institucional que no persigue para nada este objetivo, sino todo lo contrario, fomenta la prisión creando un ir y venir de las personas que pasaron por ella.

Es tiempo de que vayan pensando en depurar, descontaminar y desmilitarizar las instituciones penitenciarias.

Esta función la tiene que realizar el Estado, al cual muchos tildan de ausente, y no es así porque está presente, sólo que no reacciona. Nosotros mientras nos sea posible seguiremos tratando de aportar soluciones que no fomenten la prisión sino que la combatan, aunque muchas veces las críticas sean duras lo hacemos con el propósito de revertir lo que está mal y nuestra intención es poder salir adelante, no queremos ni deseamos que ciudadanos que ni siquiera conocemos tengan que pagar al igual que nosotros el error que se está cometiendo•